Todo tratamiento de Cirugía Bariátrica requiere de un trabajo en conjunto con el paciente de un Equipo Multidisciplinario. En este artículo te contaremos el rol del psicólogo en este equipo:
Autor: Susana Lobos Ruperthuz, Psicóloga Clínica Bariátrica
El rol de un Psicólogo Bariátrico se basa en la evaluación inicial y acompañamiento durante el proceso pre y post quirúrgico de la cirugía Bariátrica.
En una primera etapa se determinará la capacidad del paciente de incorporar y crear un anclaje de la nueva conducta alimentaria que se le enseñará en conjunto con Nutricionista, como también incentivar y motivar a realizar los cambios en un nuevo estilo de vida saludable, con la finalidad de que este perdure en el tiempo para así evitar volver a subir de peso a largo plazo.
Dentro del curso de la evaluación bariátrica, la incorporación de la familia a un proceso psicoeducativo es esencial, dado que un núcleo familiar informado y dispuesto a colaborar en todo el proceso en el cual transita el paciente, incidirá positivamente y es más efectiva en la recuperación y compromiso que el paciente pudiera requerir a lo largo del tiempo en que dure el tratamiento de descenso de peso. Así también, estos serán el espejo que el paciente necesite a la hora de ir evaluando su imagen y conectando al paciente en su transformación.
¿Qué se estima medir y valorar en el proceso de la evaluación psicológica?
-Capacidad del paciente para comprender en que consiste la cirugía Bariátrica
-Hábitos alimentarios y presencia de posible trastorno de la conducta alimentaria
– Estilo de vida del paciente.
– Incertidumbre y desconocimiento del proceso bariátrico, lo cual en el paciente genera grandes montos de ansiedad.
– Trastornos mentales y patología mayor, los que pudieran interferir en el proceso bariátrico
– Consumo de sustancias.
El objetivo de la evaluación psicológica en cirugía bariátrica, alude entonces a reforzar e instalar el anclaje de la nueva conducta alimentaria y estilo de vida saludable, acompañar en el cambio de imagen corporal y fortalecer el manejo de las relaciones sociales y familiares, como también el fortalecimiento del vínculo con el equipo multidisciplinario .
El tiempo de acompañamiento y seguimiento de este proceso según consensos internacionales es de un año (Ríos et al., 2010). No obstante, el tiempo de tratamiento, seguimiento y acompañamiento obedecerá a las necesidades de cada paciente.